Marina
Superviviente de la posguerra (1927–2023)
Alenyà, Figueres

Se llamaba Marina Palomer Bataller y era la única hija de una humilde pareja de exiliados del Empordà. Nació en Alenyà (Francia), pero hizo el viaje de regreso a Cataluña con su familia cuando tenía 3 años, cargada con sus utensilios escolares. Recordaba que tuvo que dejarlos por el camino porque pesaban demasiado. Una vez instalados en Garrigàs, pudo continuar sus estudios hasta que, siendo todavía muy pequeña, la pusieron a trabajar. Creció, se casó con Florenci y tuvieron un niño y, después, en 1956, dos niñas gemelas. Ese año fue muy frío. Marina contaba que el agua del fregadero dentro de casa se congelaba e incluso murieron los olivos. Lamentablemente, una de las niñas no sobrevivió. La familia salió adelante con el campo y una granja de vacas que tenían. A lo largo de su vida, Marina trabajó muy duro. Era muy vital y familiar, y vivió muchos años, lo que le permitió conocer a sus nietos y bisnietos, y si por ella hubiera sido, se habría quedado para conocer más generaciones. No se quería ir, pero finalmente nos dejó en Figueres a los 96 años. Tenía unos preciosos ojos verdosos y un gran corazón, y cocinaba como los ángeles. Su familia la quería muchísimo, y ella a ellos también.